O documento que hoxe presentamos recolle o testemuño dun preso do mosteiro publicado o 20 de marzo de 1937 no ABC de Madrid. Este recluso formaba parte da remesa de presos que foron enrolados á forza no “Tercio de la Legión” que organizaba na vila o capitán Rodríguez Voltá. En total, foron 101 presos os “alistados” por orde do Gobernador Militar na 4ª Bandeira e enviados á fronte de guerra a Talavera de la Reina entre decembro de 1936 e xaneiro de 1937. Outros 31 foron destinados a unha bandeira de Falange en marzo de 1937.
Varios deles conseguiron pasarse ao bando republicano, legándonos valiosos testemuños que recolle a prensa. Unha vez analizados e comparados con outra documentación, estes testemuños revélansenos terriblemente certeiros, agás nas cifras de mortos, esaxerada polas tráxicas circunstancias.
👉 “Los fusilamientos, efectuados en masa, eran cometidos por los falangistas y guardias civiles. Antes de llamar a una quinta hacían fusilamientos dentro de la población, dejando los cadáveres en los lugares más céntricos, para que fueran vistos por todo el mundo”.
👉 “Sacaban por las noches a los presos de la cárcel, y después de ser fusilados arrojaban los supuestos cadáveres, sujetos por una cuerda, seis o siete de una vez, al Miño, desde el puente de Castrelo, con orden a los barqueros de empujarles hacia el mar en vez de recogerlos. También se ha dado el caso de haber curado a los detenidos que habían intentado suicidarse para fusilarles después por el solo gusto de matar. (…). Los falangistas dicen que no es nada lo que hasta ahora han hecho, pues todavía falta la segunda vuelta”.
👉 “Nosotros fuimos detenidos por nuestra significación izquierdista, conduciéndonos al convento de San Rosendo, conocido entre nosotros por la ‘Villa de la Muerte’, instalado en Celanova (…). Allí éramos unos 130 presos. Fuimos apaleados, y nos hacían confesar, comulgar y llevar escapularios. Cada noche, sacaban a unos cuantos y eran fusilados. (…). Días después pidieron voluntarios para ir al frente, no consiguiendo ni un solo hombre. Entonces volvimos a ser maltratados brutalmente, distinguiéndose por su ensañamiento el esbirro de Falange, capitán Montenegro. Más tarde, los comprendidos entre los dieciséis a cuarenta años, fuimos obligados a enrolarnos en el Tercio”.
📸 Hemeroteca ABC.
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